Cuando mis abuelos eran pequeños no tenían móviles ni ordenadores. Muy pocas personas tenían coches. En televisión sólo había un canal y además era en blanco y negro. Podías ir a un partido del fútbol con 12 céntimos.
Mis abuelos eran pequeños durante la Segunda Guerra Mundial. Después de la guerra tenían cartillas que decían que sólo podían tomar una cantidad de azúcar, mantequilla, etc al día. La comida estaba racionada. Cuando mi abuelo era pequeño su isla, la isla de Jersey, estaba ocupada por los alemanes. Todas las tiendas estaban separadas, es decir, no tenían supermercados, y tenían que pasar por cada una cuando iban a la compra. Por Daniel Evans, 1ºC
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Todos los años en febrero llega esta fiesta popular llamada carnaval, para alegría de muchos y tristeza de otros. Es una fiesta grande, como todos saben muy alegre, con muchas chicas y chicos. Lo que muchos no saben es que se conmemora de forma distinta en cada estado o ciudad el carnaval.
En Río de Janeiro la fiesta carnavalesca empieza antes de los días oficiales de carnaval, ya que en el mes de septiembre comienzan los ensayos en los locales de las diversas escuelas de samba de la ciudad. En Pernambuco millares de personas salen por las calles de Olinda y Recife, la mayoria fantasiada y al sonido del frevo (un ritmo musical) y con decenas de bonecos gigantes, los foliones son extremamente animados. Una de las grandes atracciones es el bloque carnavalesco (Galo da Magrugada). Bahía es sin duda uno de los mayores, más calientes y animados del Brasil y del mundo. En especial en la ciudad de Salvador, donde se localizan los tres principales circuitos carnavalescos: Dodô, Osmar y Batatinha. Por estos circuitos pasan más de 150 blocos organizados, cerca de 2 millones de personas durante una fiesta. Normalmente estos blocos se presentan con los tríos eléctricos y con cantantes famosos. Y por fin São Paulo, que es muy similar al carnaval Carioca. Ocurre un grande desfile de escuelas de samba de la ciudad. El desfile ocurre en una pasarela proyectada por Óscar Niemeyer. Por Fabio Nobre, 4ºA |
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Abril 2019
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